¡Vivos Se Los Llevaron y Vivos Los Queremos! #Ayotzinapa Un Año Después

Marcha por Ayotzinapa

¡Vivos se los llevaron -  Vivos los queremos! Esos fueron los gritos que se escucharon al final del discurso del Papa Francisco hace unas horas en el Salón de la Independencia en Filadelpia. Las demandas se referían a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, México, desaparecidos exactamente hace un año por policías mexicanos y el alcalde de Iguala, Guerrero.


No obstante cuanto esfuerzo el Presidente de México y su gabinete han hecho para pintar una imágen positiva de su país, ellos no pueden escaparse de la realidad. Tristemente, su gobierno no puede proveer la más básica de las funciones de un estado: seguridad y justicia para su gente. Y no importa cuanto digan que su gobierno ha hecho avances en esta área, el mundo sabe que todo es una mentira.


Conforme pasa el tiempo, las preguntas sobre la masacre de estos jovenes de la Normal Raul Isidro Burgos se siguen amontonando. Docenas de policías, el alcalde de Iguala y su esposa han sido arrestados, pero los padres de los estudiantes todavía no saben que es lo que les paso a sus hijos. La única evidencia que las autoridades han recuperado son varias bolsas con pedazos de huesos, la mayoría de ellos demasiado chambuscados para recobrar muestras de ADN para identificarlos.



 ¿Qué es lo que está pasando en México? Bueno, pues es lo mismo que ha estado sucediendo por décadas. Sus departamentos de policía están completamente corruptos, y el gobierno federal, igualmente corrupto, no sabe como lidiar con este problema. También en julio de este año, Joaquín "El Chapo" Guzmán, el capo más temido del mundo, escapo de la Cárcel del Altiplano, la prisión "más segura" de este país. ¿Cómo lo hizo? De la misma forma que los criminals de Guerrero lo hicieron: con la ayuda de los oficiales en cargo de la prisión, y una red de corrupción que permea hasta la cima del gobierno mexicano.

Los mexicanos se encuentran en un dilema, y no pueden contar con sus oficiales electos para superarlo. El mismo Presidente y su más cercano círculo han sido acusados de corrupción, pero hasta ahora son intocables. Ha sido documentado como la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, y Luis Videgaray, su secretario de finanzas, han adquirido casas de Juan Armando Hinojosa, el dueño de compañías constructoras que han recibido contratos para obras públicas valuadas en cientos de millones de dólares.

La desaparición de los 43 estudiantes el año pasado pusieron al gobierno de Peña Nieto en crisis. Desde entonces, han habido protestas alrededor del mundo clamando justicia, un deseo que simplemente tal vez no se haga realidad en este país donde es muy facil comprar a un juez, y la gente le tiene más miedo a la policía que a sus compatriotas. El problema de impunidad se hizo peor con el regreso del Partido Revolucionario Institucional, el PRI, hace tres años. Este partido político, el cual ha estado en el poder por décadas en México, ha construido unas redes de corrupción tan profundas que los ciudadanos mexicanos probablemente no gozarán de un sistema de justicia verdadero por muchos años.

Mientras tanto, el descontento crece, especialmente en el empobrecido sur del país. Y los padres de los estudiantes de Ayotzinapa sufren la más dura de las penas. Los criminales se llevaron a sus hijos y desaparecieron sus cuerpos. Así que nunca les van a poder dar entierro, llorar en sus tumbas, o traerles flores. Ellos tal vez nunca obtendrán la paz que necesitan para continuar con sus vidas.

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