Wednesday, November 13, 2013

Los Mexicanos de Segunda Clase

Chicago.- Desde el momento que llegué a Estados Unidos hasi casi 20 años, yo me he sentido como un mexicano de segunda clase. Por ejemplo, he estado llamando al consulado mexicano por meses ya para tratar de obtener un pasaporte, pero no he tenido éxito. Sí la línea de teléfono no se encuentra ocupada, me toca uno de sus monótonos operadores quienes siempren me hacen mil preguntas para solo después decirme que “no hay citas disponibles en este mes. Por favor llámenos el mes que entra”. Ya me he resignado a la idea de no tener un pasaporte. Afortunadamente puedo obtener una licencia de manejo aquí en el estado de Illinois.

Dejé de mandarle paquetes a mi mama en Monterrey hace muchos años ya también, porque el Servicio Postal Mexicano (administrado por el gobierno) está lleno de ladrones que se roban todo lo que pueden. Me han robado giros postales, pequeños electrónicos, y hasta un viejo pasaporte que mi mamá trató de mandarme hace unos años. Es tan triste que ni siquiera puedo confiar en las dependencias de mi país para que me ayuden a hacer mi vida en Estados Unidos un poco más fácil.

Mientras los polacos, colombianos, argentinos y muchos otros inmigrantes pueden votar en las elecciones presidenciales de sus países, yo no puedo porqué los politicos mexicanos no han pasado una legislación comprensiva que haga el proceso más fácil. Solo puedes votar si tienes una credencial de elector expedida en México, y muy poca gente tiene este documento. Y muchos menos de ellos ejercen su derecho a votar. Yo creo que la verdadera razón por la que la mayoría de nosotros no podemos votar es que muchos politicos allá tienen miedo de la gente que apoyaríamos si pudieramos hacerlo. El Pew Hispanic Center estimó que hay 34 millones de habitantes de origen mexicano en Estados Unidos. Once millones de ellos nacieron en México. Cuando todos nosotros podamos obtener el derecho a votar en las elecciones de nuestro país, es seguro que vamos a influir en la política de una gran manera.

Los paisanos en Estados Unidos son uno de los principales impulsadores de la economía de México. Mandaron 22 millones de dolares en remesas solo en el 2012. Pero los servicios, beneficios y representación que reciben del gobierno mexicano son inadecuados. Este hecho, no cabe duda, se debe en gran parte a la eterna ineficacia de la política exterior mexicana, un hecho que es muy difícil que cambie en el futuro cercano. El sistema político mexicano todavía esté tratando de recuperarse de la dictadura de 70 años del PRI (Partido Revolucionario Institucional), una fuerza política que repartió trabajos de gobierno a pura gente de su círculo, creando un problema de corrupción que todavía plaga a este país.

No Esperen Ayuda de México

Los mexicanos indocumentados son ciudadanos sin un país. Millones de ellos no pueden obtener documentos de identidad estadounidenses porqué no cuentan con una tarjeta de Seguro Social, y no tienen derecho a beneficios de desabilidad o desempleo en caso de una emergencia. Y esta población no puede pedir ayuda a México tampoco. Aparte de expedir pasaportes y ofrecer ayuda legal, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y sus politicos no han sido lo suficientemente firmes para defender los derechos de sus migrantes. Ellos saben—igual que los políticos estadounidenses—la contribucion de los inmigrantes a las economías de los dos países, pero les hace falta un frente fuerte para demandar una reforma migratoria comprensiva de los politicos de Estados Unidos.

El logro más grande de México para sus migrantes es la matrícula consular, un documento que les permite a los migrantes comprobar su identidad y hacer cosas simples como abrir una cuenta de banco. La matrícula consular es reconocida como una forma legal de identificación por muchos estados, gracias en gran parte al apoyo de muchas instituciones financieras que querían servir a esta población.

Las demandas mexicanas tampoco son lo suficientemente altas para los Estados Unidos porqué la relación entre los dos países ha sido casi siempre desigual. Veamos el caso de las revelaciones del ex-contratista del CIA, Edward Snowden, por ejemplo, de que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) espió en el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto (él es ahora Presidente), y el ex-Presidente Felipe Calderón. México demandó una explicación y una investigación, pero no pasó nada. Sin embargo, cuando Francia y Alemania (quienes también fueron espiados) demandaron acción, los Estados Unidos los escuchó, y prometió que ya no espiarían en sus “aliados” nunca más. México fué ignorado igual que Brasil. ¿Acaso sería esto porque estos dos son países pobres que pueden ser bulleados cuando se de la gana?
Ironicamente, los políticos de los Estados Unidos son los que están abogando para obtener mejores servicios de México. El mes pasado, el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, entregó en la mano del Consul General de México, Carlos Jiménez Macías, una carta solicitando una oficina consular en su estado, porque los mexicanos tienen que esperar por meses para obtener sus documentos. Muchos tienen que venir a Chicago para poder hacerlo. “Wisconsin ha forjado una tremenda relación con México a través de los años”, decía la carta del Gobernador Walker. “Una oficina consular en Wisconsin podría ayudar a continuar este ciclo de crecimiento económico”.

Los estados de California, Illinois y Nueva York han pasado leyes para dar licencias de manejo a los inmigrantes indocumentados también. Ellos no han esperado a que el Congreso haga su trabajo y pase la reforma migragoria comprensiva, la cual ha sido retardada una y otra vez desde los ataques del 9-11. Muchos estados también han pasado leyes para que los migrantes que llegaron aquí de niños paguen cuotas de residente si quieren attender la Universidad. Y el Presidente Obama empujó la aprobación del “Dream Act” (La Ley de Soñadores), la cual otorgó residencia legal temporal a estos niños migrantes mientras el Congreso aborda el problema del un Sistema de inmigración roto. 

Así que muchos mexicanos en los dos lados de la frontera se quejan de que los Estados Unidos está siendo injusto con los migrantes, pero mi opinión es diferente. Yo creo que los politicos mexicanos son los que han fallado y no han hecho su trabajo, década tras década. Apuesto que si nuestros politicos fueran un poquito como los alemanes o los franceses, mucho más se hubiera hecho ya para mejorar las vidas de los migrantes. México, los Estados Unidos y Canada forjaron el Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA) en los 90’s, pero fueron muy egoistas. Facilitaron el intercambio de mercancías y bajaron los impuestos, pero no hicieron nada para regular a los migrantes, un problema que ha estado presente desde los tiempos de mi abuelito, y que necesita atención urgente en Norte América y en todo el mundo.

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